En estas lecturas encuentro algunas sugerencias para el mejor desarrollo de la lectura entre los alumnos. Considerando la gran falta de este hábito entre los jóvenes, creo que si resultan de mucha utilidad, mas aún cuando se trata de crear un aprendizaje significativo, entonces el ceder a lecturas que tengan interés personal permitirán crear el interés por la lectura académica, es decir, permitir las lecturas que interesan para interesar por la lectura.
Por otra parte, encuentro también puntos que debo tener en cuenta a la hora de diseñar la forma en que abordaremos los temas, no puedo partir de la suposición de un conocimiento previo o de una posible actitud, sino que es necesario retomar, recordar, reafirmar conocimientos específicos previos que contribuirán al desarrollo de asimilación y acomodo de los nuevos y por otra parte persuadir hacia una actitud determinada partiendo de los intereses personales de cada alumno y de los intereses acordados por cada equipo.
Con lo anterior siento que mi práctica tiene un mejor sentido y orientación para lograr los objetivos académicos y personales que implica, ayudar a crear, asimilar, entender, comprender y manipular un conocimiento significativo y eficiente en cada uno de mis alumnos.
viernes, 13 de febrero de 2009
domingo, 8 de febrero de 2009
La pregunta . . .
¿El aprendizaje es algo tan trivial que se puede observar y medir con base en unas simples preguntas a propósito de unos contenidos cualesquiera?, la respuesta, antes de esta lectura, SI, cuando nos referimos a tratar de saber qué tanto sabe alguna persona acerca de cualquier tema. Ello nos permite saber que esa persona ya pasó por el proceso de aprender y aprehender el conocimiento que deseamos constatar.
Después de esta lectura, la respuesta es NO, puesto que, en esta ocasión, se trata de constatar el conocimiento aprendido y aprehendido en el propio proceso de enseñanza-aprendizaje.
No es lo mismo, son dos tiempos diferentes. En el primero, se demuestra que la persona ya conoce, entiende, comprende y manipula (usa, relaciona, amplía, y explica) el conocimiento que ya hace algún tiempo asimiló, acomodó e integró a su acervo.
En el segundo se trata de constatar que el alumno está asimilando, acomodando e integrando correcta y personalmente ese conocimiento.
Por otra parte, el hecho de que se tenga el conocimiento sobre algo NO nos demuestra que también se tiene la capacidad práctica para aplicarlo, por ejemplo, se puede conocer profundamente el contenido de los artículos 1o. al 30 de la Constitución que hablan de los derechos individuales y sociales, sin embargo, eso no quiere decir que sabemos esgrimirlos durante un proceso legal, claro, a menos que sea abogado y con una práctica adecuada al nivel del litigio que se esté realizando.
Es decir, tener el conocimiento y la competencia de su aplicación práctica, tener la competencia cognitiva y la competitividad operativa. Una y otra no son excluyentes, son incluyentes, son complementarias. Esto es lo que muchas veces perdemos de vista tanto en la práctica docente como en la teorización.
Finalmente, es cierto, es más fácil y seguro que aprenderemos y aprehenderemos todo aquello que este lo más relacionado posible a nuestros campos de interés, porque a ello le daremos más atención y lo demás tendrá nuestra indiferencia en diversos grados. Esto está íntimamente ligado a la generación de actitudes apropiadas al proceso de aprendizaje, es decir, a la generación de nuestro interés o nuestra indiferencia y hasta repulsión sobre los temas y contenidos de estudio.
Después de esta lectura, la respuesta es NO, puesto que, en esta ocasión, se trata de constatar el conocimiento aprendido y aprehendido en el propio proceso de enseñanza-aprendizaje.
No es lo mismo, son dos tiempos diferentes. En el primero, se demuestra que la persona ya conoce, entiende, comprende y manipula (usa, relaciona, amplía, y explica) el conocimiento que ya hace algún tiempo asimiló, acomodó e integró a su acervo.
En el segundo se trata de constatar que el alumno está asimilando, acomodando e integrando correcta y personalmente ese conocimiento.
Por otra parte, el hecho de que se tenga el conocimiento sobre algo NO nos demuestra que también se tiene la capacidad práctica para aplicarlo, por ejemplo, se puede conocer profundamente el contenido de los artículos 1o. al 30 de la Constitución que hablan de los derechos individuales y sociales, sin embargo, eso no quiere decir que sabemos esgrimirlos durante un proceso legal, claro, a menos que sea abogado y con una práctica adecuada al nivel del litigio que se esté realizando.
Es decir, tener el conocimiento y la competencia de su aplicación práctica, tener la competencia cognitiva y la competitividad operativa. Una y otra no son excluyentes, son incluyentes, son complementarias. Esto es lo que muchas veces perdemos de vista tanto en la práctica docente como en la teorización.
Finalmente, es cierto, es más fácil y seguro que aprenderemos y aprehenderemos todo aquello que este lo más relacionado posible a nuestros campos de interés, porque a ello le daremos más atención y lo demás tendrá nuestra indiferencia en diversos grados. Esto está íntimamente ligado a la generación de actitudes apropiadas al proceso de aprendizaje, es decir, a la generación de nuestro interés o nuestra indiferencia y hasta repulsión sobre los temas y contenidos de estudio.
Concepciones de Aprendizaje y Educación por Competencias
El cuadro sinóptico elaborado por Pere Marqués nos presenta cuatro concepciones que se han desarrollado en el siglo pasado y que parecen tener alguna relación con el desarrollo tecnológico. Cada una propone características específicas que difieren bastante unas de otras, pero me parece que hay elementos en cada una que complementan la Educación Basada en Competencias.
De la perspectiva conductista podemos rescatar la utilidad del ensayo y error con refuerzos y repetición que algunos conocimientos, saberes o contenidos básicos requieren por su estructura y secuencia que precisa de un aprendizaje memorístico (por ejemplo las tablas de multiplicar).
De la perspectiva del procesamiento de la información rescatamos que captamos la información a través de los sentidos, al interactuar con el medio para realizar un reconocimiento y codificación conceptual. El conocimiento se organiza en forma de redes, es decir, datos que se asocian con otros para rescatar una información más compleja y significante para usarla, acrecentarla o explicarla a corto o largo plazo (por ejemplo al recordar una palabra asociada a un dato o proceso).
Del aprendizaje por descubrimiento sabemos que “nadie aprende en cabeza ajena” es decir que siempre tratamos de experimentar, practicar, sentir, de hacer y deshacer en diversas situaciones para ir de lo concreto a lo abstracto y viceversa (por ejemplo resolver una ecuación basados en un ejemplo).
Del aprendizaje significativo rescatamos la relación que debe establecerse entre los conocimientos y saberes previos, y más aún los relacionados con su entorno, con los nuevos conocimientos que se pretenden descubrir y se quieren construir (por ejemplo los adjetivos para escribir una carta a un ser querido).
De la perspectiva conductista podemos rescatar la utilidad del ensayo y error con refuerzos y repetición que algunos conocimientos, saberes o contenidos básicos requieren por su estructura y secuencia que precisa de un aprendizaje memorístico (por ejemplo las tablas de multiplicar).
De la perspectiva del procesamiento de la información rescatamos que captamos la información a través de los sentidos, al interactuar con el medio para realizar un reconocimiento y codificación conceptual. El conocimiento se organiza en forma de redes, es decir, datos que se asocian con otros para rescatar una información más compleja y significante para usarla, acrecentarla o explicarla a corto o largo plazo (por ejemplo al recordar una palabra asociada a un dato o proceso).
Del aprendizaje por descubrimiento sabemos que “nadie aprende en cabeza ajena” es decir que siempre tratamos de experimentar, practicar, sentir, de hacer y deshacer en diversas situaciones para ir de lo concreto a lo abstracto y viceversa (por ejemplo resolver una ecuación basados en un ejemplo).
Del aprendizaje significativo rescatamos la relación que debe establecerse entre los conocimientos y saberes previos, y más aún los relacionados con su entorno, con los nuevos conocimientos que se pretenden descubrir y se quieren construir (por ejemplo los adjetivos para escribir una carta a un ser querido).
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