Pongo a su consideración las siguientes reflexiones :
El ejercicio de la docencia me ha llevado a hacer un recuento y un repaso profundo a los fundamentos, los conceptos, la teoría misma del uso y construcción de la lengua y nuestro lenguaje, porque resulta sumamente difícil explicar algo cuando no has logrado entender y comprender su mecanismo.
Resulta muy diferente el entendimiento y comprensión de un tema para aplicarlo en la práctica diaria, en el ámbito profesional, que el entendimiento y comprensión del mismo tema con el objetivo de explicarlo en el aula a un grupo de jóvenes que pueden sentir que ese tema, nada tiene que ver con su vida, con su realidad con sus intereses inmediatos porque los mediatos y de largo plazo, en esa etapa de la vida, siempre se ven extremadamente lejanos y ni caso tiene pensar en ello.
Esto me confirma que entre muchas otras cosas, debo aprender a enseñar a aprender, enseñar a pensar y sentir, pensar y sentir cada tema, cada conocimiento nuevo para no se vaya al olvido a los dos días. Por eso, tal como ocurre en el campo deportivo o en el campo artístico para cualquier persona dedicada a la docencia, no basta con la pasión, el gusto y el talento, también es necesaria la técnica.
Por supuesto que como en cualquier actividad de la vida existen dos caminos para transitar la docencia : sufriéndola o disfrutándola. Cuántas veces hemos escuchado a algún amigo, familiar o conocido referir a su trabajo con un debo de…, tengo que…, debo de…, tengo que… , debo de…, tengo que… . Cuánto sufrimiento, es terrible pero seguro que mucho menos que si no tuviera ese trabajo, primer razón para no quejarse. Más aún para aquél que dice “me tuve que dedicar a la docencia”, tal vez lo hizo porque en ese momento era la actividad que la vida le ponía enfrente como una oportunidad de rehacer el camino de “fortuna y triunfos” que lo rodeaban antes del bache que lo llevó a una aula.
Ahora es momento de valorar que si la vida, por la razón que sea, nos ha llevado a una aula, ¿para qué y por qué la sufrimos?. No hay razón, al contrario estamos en la posición de disfrutarla porque somos, precisamente nosotros, quienes más estamos aprendiendo, aprendiendo lo que no sabíamos, reaprendiendo lo que se había olvidado y además, aprendiendo a enseñar a aprender. Como lo citan en el texto de Esteve, aprendiendo a ser profesores y en algún momento, maestros.
Por supuesto que, como toda actividad humana, no está libre de problemas, pero estos son los que nos permiten poner a prueba nuestras habilidades y capacidades. Darnos cuenta de cuál y cómo puede estar fallando, para entender el por qué está fallando y encontrar la manera de corregir el error y comprender cómo y por qué, ahora sí, estamos haciendo lo correcto.
Cuando realizamos una actividad bien, cuando somos capaces de admitir, indicar y corregir las fallas sin que esto nos represente un malestar, sino lo tomemos como una pare esencial de la actividad misma, el permanente proceso de complemento, de mejora, de evolución, estaremos disfrutando plenamente del hacer docente.
Todo ello implica establecer en nuestra personalidad, en nuestro pensamiento, que una parte importante de ello está en el proceso de ser docente, profesor, maestro, de completar identidad. Que ello implica una serie de dificultades de toda índole que se resolverán de una u otra manera. Que implica una gran comunicación con nosotros mismos y con una gran cantidad de personas. Personas, no gente, no una masa, sino individuos con sus propios intereses. Que implica orden, organización y hábitos para evitarnos una disciplina que siempre representa la imposición de algo que puede no gustarnos. Que implica la adaptación de nuestros conocimientos a los intereses de los alumnos para que les signifique.
Que implica el éxito, mucho, poco o nulo de cada uno de ellos en la medida que nuestro esfuerzo les impulse a transformarse en personas.
Les envío un cordial saludo.
jueves, 11 de diciembre de 2008
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Saludos Miguel Ángel me da gusto que hayas podido elaborar tu blog, ahora solamente invita a otros compañeros del grupo a que lo visiten y a la vez tú visites a algunos de ellos para que intercambies ideas acerca de lo que saben sus estudiantes en relación al manejo del Internet.
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